Mi oración no es sólo mia

Ayer fue un día precioso. Por la mañana tuve misa en la gruta de la Basílica de San Pedro, en una capillita dedicada a la Virgen Negra de Czestochowa. Es una alegría poder celebrar tan cerca de la tumba del primer papa.

Por la tarde, con otros hermanos fuimos a la Iglesia de "Trinita dei Monti", ubicada en lo alto de las escaleras de Piazza Spagna a escuchar y rezar las vísperas (oración oficial de la Iglesia que los sacerdotes y religiosos rezan por la tarde, y consiste de en algunos salmos, lecturas. Originalmente se cantaba en los monasterios, hoy es más común recitarlas).


Piazza Spagna

Esta es una grabación de hace algunos años de estos monjes.

La verdad es una belleza la forma en que rezan y cantan las vísperas, los salmos. Ayer eran sólo las monjas (mujeres) a cuatro voces. Normalmente también hay monjes hombres y la combinación de voces altas y graves hace de las visperas una oración bellísima, casi angelical. Aquí en casa también cantamos en la misa, y para algunas fiestas cantamos en latín las vísperas, pero eso implica mucho tiempo de ensayo musical y de voces. Cantar bonito en la liturgia requiere de tiempo y esfuerzo. 

Y escuchando a las monjas cantar, platicaba con Dios: 
-- "Dios mio, caray, cómo rezan estas mujeres, que bello como ellas, tener todo el tiempo para practicar, rezar y cantar para agradarte y ayudar a otros a gustar de la oración." 
Y sentía que Dios me respondía: 
--"Alejandro, tu no cantas ni tienes el tiempo para practicar canto, pero también rezas, ¿y cómo rezas? ¿Con el fervor y la alegría de estas monjas?"
--"Señor, ya quisiera tener esta actitud, pero es cierto que tengo tiempo amplio para rezar cada día, no todo mundo tiene tanto tiempo para rezar como yo, o más aun, como estas monjas. Ya se, algunas personas que yo conozco derán que por qué no trabajamos..."
--"Bueno, ellos trabajan y te apoyan (y a todos los monjes, sacerdotes y religiosos) para que tu puedas rezar por ellos y con ellos".

¡Sí!, ahpi entendí lo que Dios quería transmitirme, mi oración, es mía, pero no sólo es mia. Es la oración de ustedes también, que la hacen posible, que se encomiendan a mis (y a nuestras) oraciones. Es la oración de la Iglesia como cuerpo, como familia, no sólo la oración de alguno(s) de sus miembros.

Y cuando la oración me cuesta (porque siempre cuesta, el catecismo la define como un combate espiritual), sería bueno recordar la lección de estas monjas, la oración no es sólo mía y por mí (no sería verdadera oración), mi oración es la oración fervorosa, alegre y agradable a Dios de toda su Iglesia. 

Y creo que esta lección es oro para nosotros religiosos y futuros sacerdotes que vivimos en un mundo de mentalidad individualista. Mis obras, mis planes, mi oración, ni son sólo mías, ni me afectan sólo a mi. Soy parte de una familia religiosa, la Legión de Cristo, soy parte de una sociedad a la que soy llamado a servir y mi testimonio y oración personal edifica o desedifica a todo el conjunto. Mi santidad hace avanzar a toda la Iglesia. 

Si bien somos personas individuales, la mentalidad del mundo occidental nos hace olvidar lo real que es nuestra responsabilidad social, nuestro "ser parte de una comunidad" donde cada uno tiene una función para el bien común. Este tipo de mentalidad es por ejemplo mucho más dominante en las culturas asiáticas (China, Japón, Corea).

Por ello, la oración de cada persona es siempre oración comunitaria, aunque pida y dialogue con Dios en primera persona, es siempre la oración del "nosotros de la Iglesia". La verdadera oración, aunque individual, tiene siempre como fondo y escenario la Iglesia, pues nadie se salva sólo, ni nadie recibe la gracia de Dios sólo para sí. Todo don de Dios (tiempo, virtudes, bienes materiales) es siempre para compartir y para la edificación de toda la Iglesia. 


Pues con todas estas ideas en el corazón y en la mente, ayer por la noche salimos a las calles de Roma a platicar con la gente y a invitarlas a entrar a la capilla y hacer un rato de oración y adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento. ¡Bellísimo! (prometo compartir las fotos y los videos aquí)

A todos, les agradezco su apoyo, material y espiritual. Les pido que nos sigan apoyando, a nosotros seminaristas, sacerdotes, religiosas

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